Sunday 31 August 2014 0 No Reply

EXIJO SER UN HÉROE
[Columna: Otra Pista para Ustedes]

Una vez Alvaro Peña me dijo no entender el valor que los chilenos le dábamos a Los Prisioneros, “su música es tan parecida a The Clash, además no sé como fue que la dictadura dejó que The Clash sonaran en Chile“, le respondí que lo segundo era tan sencillo como que los censores no hablaban inglés pero a lo primero se requería entender el contexto, lo que requería una explicación mayor. 

La serie de CHV “Sudamerican Rockers” viene a ofrecer en forma novelada dicho contexto, para todos los que no vivieron la época, porque Los Prisioneros no fueron solo los que estaban disponibles para decir los que todos queríamos gritar y no podíamos, Los Prisioneros eran también nuestros vecinos, los que compraban pan en la esquina, jugaban a la pelota en los pasajes y cargaban esa pesada mochila de la desesperanza de aquellos años. 

En el tercer capítulo los muchachos van a una fiesta y a Jorge le va pésimo, después a la salida de clases sus compañeros se van con sus pololas y él se va solo mientras se escucha Paramar. Bueno así me iba a mí también en las fiestas y no había otra banda que cantara “yo no sirvo paramar” o “hay algo malo dentro de mi, una especie de programa con error”, por eso me gustan tanto Los Prisioneros, me representaban en cada uno de sus acordes, de sus sueños y de sus desesperanzas. 

Soy un vulgar vecino, sin disfraces como ves no soy muy artista 
Pero estaré en los estadios y en los rankings de las radios… 

Publicada originalmente en LA OPINIÓN UNE (31/08/2014)
Tuesday 5 August 2014 0 No Reply

Pixies
this ain't the planet sound

Acabo de ver pasar por mi TL del pajarito un tweet de los Pixies regalando su bonus track del último Record Day, el tema “Women of War” y me acordé que quede pendiente de comentar su última presentación en el LollaCL 2014. Descargado el tema y meses después del concierto mejor vamos por el comienzo.


Debió ser 1988, plena época del plebiscito que derrocó a Pinochet,  y en una revista política opositora al régimen había siempre una plana “cultural”, (no recuero si era en Análisis o Apsis, ambas desaparecidas gracias a esas cosas incomprensibles de la vuelta a la democracia chilena) y en una edición venía un breve nota sobre los Pixies. No había escuchado antes de ellos de ninguna forma y así fue por varios años más, jamás he olvidado la nota por el status de salvadores del rock que les daba el cronista y por la cuña de Black Francis – que hoy llamaríamos perfectamente hipster – de que “somos la banda favorita de mi abuela”. Odie la nota y a los Pixies, que salvadores ni nada, que pedante darle a una bandita de universitarios el estatus de salvadores de rock mientras Guns n’ Roses estaba demoliendo el planeta, Axl, Slash, Duff, Izzy ahí estaban los salvadores del rock!. Bueno eso creía yo en 1988.

Años después, primavera del 93 más menos, no me pidan precisión 20 años después!, Axl es a la fecha el enemigo número uno del rock, el salvador Cobain y mi profeta Patton y Pixies?… sigo sin haber escuchado ni una sola canción de los de Boston siquiera, pero al menos alguien los nombra de vez en cuando, al menos sé que ya están disueltos sin pena ni gloria, y que sigo sin olvidar la cuña de Charles. La música tiene momentos mágicos y así fue como un buen día un compañero de la universidad me pasó un disco diciendo “me llegó una caja de CDs desde USA, casi puro hip hop, pero esto seguro te gustará a ti”, era el Bossanova.


A esas alturas la repulsión que me produjo la notita a los Pixies en 1988 es sólo un anécdota y ya había descubierto mucha música alucinante que no sonaba en las radios tradicionales, puse el CD, le di el volumen y… “Cecilia Ann” y "Rock Music" me dejaron petrificado! No lo podía creer, me dije rock sesentero con la suciedad de Nirvana, que buena mezcla!... hey, un segundo … de cuando es el disco… de 1990! antes del Nevermind!... mi melomanía se fue al carajo, mientras tema por tema los Pixies me sumaban a su fila de fans incondicionales sin demora. Bueno, ya todos saben que los Pixies fueron fundamentales para Kurt y sus amigos.

Cuenta la leyenda que Ronald Smith (el mismo de la Radio Valentín Letelier) tenía un local de arriendo de CDs en el Portal Álamos de Viña, llamado el Cuarto Desconocido, devorado el Bossanova llegué corriendo al local por más Pixies, Ronald al ver que había arrendado previamente a Faith No More me sugirió seguir por el Trompe le Monde y de ahí no paré hasta tener cuanto lado B, toma en vivo, cosa suelta hubiese por ahí.

Encontraba a los Pixies divertidos, enérgicos, crudos e intensos, con algunos momentos sublimes y por sobre todo melódicamente insuperables, ahora sí que entendía a cabalidad la etiqueta de rock alternativo y como si una secta secreta me fuera develada poco a poco fui notando la fiel fanaticada que los Pixies tenían entre músicos y artistas que no congeniaban con el mainstream. Finalmente asumí que la etiqueta de salvadores del rock dada en 1988 no era gratuita y que efectivamente fueron un big bang para toda la música de los 90s en donde el rock llamado alternativo creció tanto que pasó a ser (paradojalmente) el rock oficial.


Un salto cuántico al sábado 9 de octubre de 2010 y los re-unidos Pixies están frente a mí celebrando los 20 años del Doolittle, a las finales mi disco favorito, aunque no por mucho por sobre los demás. Es el Festival Maquinaria y días antes habían dado un concierto de antología en el Teatro La Cúpula durante la histórica jornada de rescate de los 33 mineros de la Mina San José. Los que se repitieron el plato dicen que el show del Maquinaria fue fome, yo no tuve el privilegio y para mí la hora y media fue emocionante y más que suficiente, era una cita con la historia y con una de mis principales influencias y no pedía más, solo extrañe tan poca presencia del Bossanova y el Trompe le Monde en el set list.


Llegamos al 2014 y Pixies se presentan otra vez en Chile pero esta vez con material nuevo y bajista nueva, el nuevo disco (en rigor 3 EPs compilados en el LP Indie Cindy) suena a una cosa intermedia entre un Doolittle y un Trompe le Monde descafeinado y los fans no le han puesto muchas fichas. Sus discos ya no son la joya oculta de melómanos marginales, ahora Pixies son la institución, sacan 3 EPs porque los genios comerciales del sello le dicen que es la mejor forma de hacer dinero ahora. Bueno, bien que ganen dinero con su arte, todos queremos eso, o no?. Se repite la historia de un sideshow previo que dicen que estuvo de pelos y un show masivo desganado, y yo otra vez estoy en el show masivo y me entro a convencer de que la masividad los incomoda, que a los Pixies hay que verlos en un boliche, encima de ellos. Esta vez siento que me aburro, terminan mostrando los temas nuevos y concentrándose en los temas del Surfer Rosa... hay que tocar porque es la pega, hagamos una versión de 10 minutos de “Vamos” para cumplir con el tiempo estipulado en el contrato y a cobrar. Lo más emotivo del paso de Pixies por el LollaCL 2014 fue cuando, al rato después, Win Butler de Arcade Fire cantó con su guitarra acústica “Wave of Mutilation” versión lado B (poner video en minuto 4:10).


No hay que endiosar a tus ídolos musicales, nadie está exento de dar un mal show, los discos al menos no se estropean con el tiempo por mucho que sus autores se afanen en basurear su propio legado, los Pixies sufren la paradoja de refrescar el sonido de toda una generación con sus primeros discos y grabar un disco que se entendería perfecto si no supiéramos que han pasado más de 20 años entre Trompe Le Monde e Indie Cindy y que la otrora novedad es hoy la masividad, de hecho en el mismo escenario la chispa que ellos sembraron la usaba un rato antes Portugal The Man para incendiar la tarde. Recuerden, no hay que endiosar a tus ídolos musicales, eso sólo se lo ganaron John, Paul, George & Ringo.
 
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